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Cubana: masturbación con los pechos

Qué es una cubana? Más allá de una mujer nacida en Cuba, una práctica de masturbación hecha con los pechos.

Esta práctica puede llevarse a cabo de dos modos:

  1. Colocando el pene entre los senos de la mujer para que, a continuación, la mujer los mueva de manera que estimule y proporcione placer al miembro masculino.
  2. Colocando el falo entre los pechos de la mujer para que, a continuación, el hombre, moviéndose adelante y atrás, imite los gestos de la penetración. Hay muchas personas que a esta modalidad la llaman coito cubano.

Es difícil encontrar un origen concreto a esta forma de masturbación o coito. Muchos expertos creen que es connatural al ser humano. O sea: que existe desde que existe el sexo. Muchos estudios, no obstante, señalan que las pajas cubanas se pusieron especialmente de moda a partir del siglo XVII, ya que en las décadas de ese siglo imperó un canon de belleza femenino en el que por encima de todo predominaban las mujeres voluptuosas de grandes senos.

Se dice que el término se acuñó en tiempos de la dominación española sobre la isla de Cuba. La masturbación Inter mamaria era, al parecer, una de las prácticas que las prostitutas de la isla realizaban a sus clientes. Si esta afirmación es cierta o no no puede demostrarse, ya que no existen registros historiográficos que lo certifiquen.

¿Cómo se dice hacer una paja cubana en otros países?

El llamar a esta práctica sexual paja cubana no es algo universal. La masturbación con las tetas recibe nombres muy variados según sea el país en el que nos encontremos.

En Estados Unidos, por ejemplo, se la llama boob job o titty-fucking. En Alemania se la llama, tittenfick. Tanto la versión inglesa como la alemana hacen referencia al hecho de follarse las tetas. Es decir: remiten a la idea de coito intermamario.

En Japón, por su parte, se la llama paizuri; en los Países Bajos russisch; en el Reino Unido, french fuck.

Spagnola, branlette espagnole y espanhola son los nombres que la cubana recibe en Italia, Francia y Portugal y Brasil, respectivamente. Se dice que pudieron ser las prostitutas españolas o las españolas en general (y de ahí el nombre de tan estimulante práctica) quienes la trajeron aprendida de la isla caribeña y la empezaron a practicar aquí a finales del siglo XIX.

En Hispanoamérica, finalmente, y dependiendo del país en que nos encontremos, podemos escuchar referirse a la paja cubana como hacer una rusa, una francesa, una turca o una sueca.

De todo este batiburrillo de términos para referirse a un mismo acto sexual sólo podemos extraer una conclusión: que eso de sentirse masturbado por unos pechos o de practicar con ellos un coito gusta a los hombres de todos los rincones del planeta.

¿Cómo hacer una cubana?

Visto el éxito de esta práctica sexual, aquella mujer que la practique bien tiene ganados muchos puntos ante su pareja.

Hacer una cubana no es algo complicado pero, como todo, tiene sus pequeños trucos para mejorarla y convertirla en algo especialmente inolvidable.

Lo primero que puede pensarse es que para hacer una paja con los pechos estos deben tener un tamaño respetable. Ciertamente, unas tetas grandes facilitan la realización de una cubana, pero no son imprescindibles. Una buena técnica puede suplir una cierta escasez de volumen mamario.

Para iniciar esta modalidad de paja debe tomarse primeramente con delicadeza el pene y estimularlo suavemente tanto con la mano como con la boca. El sexo oral siempre es una buena manera de hacer que el chico entre en calor y se vaya poniendo a tono.

Tras esta breve y suave estimulación manual y oral, llega el momento de iniciar la masturbación con los pechos. Para ello es imprescindible tomar un poco de lubricante íntimo y frotar con él el canalillo, o sea, es espacio existente entre los senos y la parte interior de estos.

Una vez la zona se encuentra suave y lubricada, la chica colocará entre sus mamas el pene del chico y, para incrementar la fricción sobre él, se valdrá de las manos para juntar las tetas y así conseguir que quede más apretado.

El lubricante, colocado ahí, permitirá que el pene se deslice de una manera muy placentera mientras las tetas se mueven siguiendo el movimiento habitual de las pajas, arriba y abajo.

Lo ideal al realizar este movimiento es que se empiece a ritmo lento para, progresivamente, irlo incrementando para hacerlo más rápido.

Sin duda, esta práctica resulta muy morbosa y placentera para todos los hombres, ya que los pechos son una de las zonas de la anatomía femenina que más gustan a los hombres.

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